POR: DON MAQUI
En el intrincado tablero político de Nuevo León, uno de los partidos más difíciles de diagnosticar es, sin duda, Morena, en la víspera del 2027, el partido guinda tiene enormes posibilidades de hacerse con la Gubernatura, según las encuestas, sin embargo, hay algo que pocos se atreven a decir con claridad: dentro de sus filas, las luchas internas son un misterio tan grande como la política misma.
Desde las figuras más visibles hasta los operadores que mueven los hilos en las sombras, Morena en Nuevo León está marcado por una pluralidad de intereses que se mezclan y se confunden, Andrés Mijes, actual Alcalde de Escobedo, es uno de los nombres más mencionados, no es cualquier funcionario; ha logrado posicionarse como una figura clave dentro del aparato de poder local, gracias a su cercanía con sectores de la sociedad y su habilidad para moverse entre las capas del gobierno estatal y federal, pero no es el único.
Clara Luz Flores, ex alcaldesa de Escobedo, sigue siendo un nombre relevante dentro de la política estatal, su apuesta por la Gubernatura es una de las más fuertes, no sólo por su experiencia, sino por la estructura que aún mantiene en el municipio y su relación con altos mandos del Gobierno Federal, sin embargo, el camino hacia la candidatura no está exento de tensiones.
Los intereses de Clara se cruzan con los de otros actores, como Waldo Fernández, actual Senador y uno de los principales operadores del partido a nivel nacional, Fernández, con su experiencia en el Senado y su capacidad para conectar con la base social, también tiene ambiciones en el horizonte.
Por otro lado, figuras como Judith Díaz, Senadora por Nuevo León, y Abel Guerra, un político experimentado con un fuerte trabajo de base, representan otro grupo dentro del partido, con intereses y estrategias propias que parecen alejarse del centro de las decisiones de los grandes liderazgos nacionales.
Sin embargo, todos ellos coinciden en algo: la Presidencia de la República, liderada por Claudia Sheinbaum, sigue siendo la gran referencia a la hora de decidir quién realmente manda.
Aquí entra otro elemento coyuntural de la política morenista en Nuevo León: el grupo “chilango”, liderado por Citlalli Hernández, quien ocupa la Secretaría de la Mujer en el gabinete de Sheinbaum y es Senadora con licencia, este grupo ha formado una alianza estratégica con Senadores y hasta Diputados Locales, lo que le otorga una posición importante dentro del panorama político.
Pero de cara al 2027, todo puede cambiar, las circunstancias pueden modificarse y las alianzas pueden desmoronarse, la política es volátil y el 2027 aún está lejos.
En la lucha por la hegemonía interna, hay que recordar que las tribus de Morena son muy conocidas por su capacidad para despedazarse entre ellas, los intereses personales y de grupo son tan intensos que, en ocasiones, parece imposible vislumbrar quién tiene realmente la bendición para liderar.
Aunque hoy parezca que figuras como Mijes, Flores, Fernández o Díaz son las que podrían definir el rumbo del partido, nada asegura que mañana no se enfrenten en una guerra de egos y ambiciones que termine fracturando al partido.
La historia de Morena en Nuevo León ha sido, hasta ahora, la historia de muchas promesas no cumplidas, en el 2027, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Quién realmente manda?, la respuesta es incierta, los actores del partido tienen sus propios pequeños cotos de poder, y mientras no se defina quién tiene el control absoluto, todo puede pasar en un escenario tan impredecible y fragmentado como el de la política morenista.