El día de hoy, los muros de la corte federal de Brooklyn fueron testigos de la caída del criminal más grande del siglo XXI; Joaquín Guzmán Loera alias “El Chapo” afrontó durante la mañana de este día, el juicio que definiría su final en esta vida.
A Guzmán Loera lo culpaban de haber violado 27 de los títulos del Código Penal de Estados Unidos, de los cuales sólo 25 le fueron atribuidos en culpabilidad.
Posesión ilegal de armas de fuego, lavado de dinero, cargo directivo del Cartel de Sinaloa, asesinatos con y sin tortura, tráfico de drogas desde Sudamérica a Estados Unidos, secuestros, violencia organizada, entre algunos otros más fueron los delitos que convencieron al jurado y al juez de imponer una sentencia a 30 años de prisión.
Además de esto, se le sentenció a un adeudo de $3,553 dólares, que serán utilizados para garantizar la protección al público de los delitos cometidos por el acusado, quien ha pasado los últimos treinta años cometiendo delitos así como evadiendo a la justicia.
Se han encontrado algunos testigos quienes son sobrevivientes a los intentos de asesinato que Guzmán Loera ha cometido; la corte de Brooklyn, una de las más fuertes para pelear contra estos casos, ha declarado que las víctimas del acusado obtendrán una indemnización por aproximadamente $3,771 dólares, sin embargo, el juez no se encontraba muy preocupado por el total de indemnización, sino, por la condena que el delincuente afrontaría.
A pesar de haber recibido una condena por un cúmulo de delitos, el ser jefe de un cartel de narcotráfico y presunto culpable de mandar a ejecutar a 33 personas, le llevaron a afrontar una condena mínima de cadena perpetua.
A pesar de todas las evidencias presentadas, los abogados de Guzmán Loera mantuvieron en pie que El Chapo no era cabecilla del cartel, sino, que trabajaba bajo las órdenes de narcotraficantes más poderosos, aún así, la fiscalía aseguró que no necesita ser jefe de un cartel mexicano para ser culpable de los delitos que se le atribuyen.