POR: DON MAQUI
No puede un partido como Morena aspirar a resultados distintos y cometer los mismos errores de siempre.
La primer gran decisión que deberán de tomar es quien coordinará los trabajos de su fracción legislativa en el Congreso del Estado, la tarea no será fácil, ya que, Ramiro González puso la vara muy alta en ese espacio donde posicionó a la bancada de López Obrador como un grupo sólido.
Las apuestas indican que Waldo Fernández, un excelente empresario y abogado pero sin experiencia en acuerdos políticos puede ser el pastor del rebaño moreno, su gran defecto es el desconocimiento original de lo que significa el Movimiento de Regeneración Nacional, el experredista llegó a campaña de Clara Luz desde el gobierno federal pasando previamente por el gobierno independiente de Jaime Rodríguez Calderón.
Increíblemente su mayor virtud es su principal defecto, aunque hace intentos por comulgar con la Cuarta Transformación, es notorio y evidente que lo que lo tiene como diputado es una coyuntura política y no la convicción de estar ahí.
A cambio se encuentra una joven que tiene amplias posibilidades de brillar en la escena pública, ya que, precisamente la edad le da para pensar en grandes cosas en el futuro inmediato, pero ahora tiene la posibilidad enorme de encabezar una bancada con el sello de Morena, es decir, desde las bases de los fundadores de ese movimiento se sienten orgullosos que alguien de ellos arribó al poder.
Le faltan ejemplos de ese tipo a Morena para mandar el mensaje a sus militantes que sí se puede, que desde abajo, se puede arribar a las posiciones más emblemáticas.
Además, una de sus grandes virtudes es que encabezaría la nueva realidad poltica, la paridad, ya que, en el Congreso ordinariamente se pondera a los hombres, aunque sean 21 caballeros y 21 mujeres, suelen coordinar los caballeros, si Morena quiere mandar un mensaje contundente de apoyo paritario y acorde a Amlo, la electa por el municipio Escobedo debe de estar más que lista para encabezar sus trabajos.
Todo lo que sea distinto a elegir a su propia militancia para encabezar nuevos retos es demagogia, Waldo Fernández bien podría ser un magnífico Presidente del Congreso y un asesor de lujo para una mujer que tiene un futuro brillante, pero es demasiado joven, aún así, fue una de las pocas figuras que obtuvo un triunfo.
Veremos cómo resuelve este dilema Morena.