El jineteo del dinero para el avión presidencial no se detiene, ya fueron legisladores que se vieron obligados a comprar sus tiras de cachitos, cuerpo burocrático afines a la cuarta transformación y cuantos militantes y simpatizantes de Morena se presten para seguir con las necedades del presidente.
El más reciente acto desvergonzado de corrupción, son los 8 millones de pesos que el Insabi ha destinado para comprar cachitos del avión presidencial, si así como lo lee, la propia Institución que debería invertir en proteger a los mexicanos y su salud decidió que es más importante cumplir con la estupidez presidencial. Prioridades tienen.
Este “donativo” fue direccional a la Secretaría de Salud de Tabasco, Estado de donde es originario López Obrador y su Macuspana madre y familia ahora presidencial.
Es claro que la locura tiene precio, la frivolidad y la ineptitud son pan nuestro de cada día, y muchos empezarán a defender al Señor presidente, pero la realidad, aunque no la quieran ver es que vamos por mal camino y en pocos meses estaremos hundidos en la podredumbre mezquina que ha identificado a los movimientos de izquierda en todo el mundo… Pal baile vamos.