Sabemos cuándo, dónde y por qué hoy tenemos este problema, pero por si hay que volver a mencionarlo, lo hacemos: la #pandemia del #Covid-19 ha generado un derrame económico importante en todo el mundo, el país y por ende en los Estados; sin embargo, más allá de eso, hoy carecemos de liderazgo y empatía política.
El Gobierno del Estado de Nuevo León, más que un compromiso, tiene una misión importante que cumplir antes de que se acabe el año, conseguir 3 mil 197 millones de pesos por concepto de prestaciones de fin de año para los trabajadores.
De acuerdo con una gráfica realizada y proporcionada por la #TesoreríaGeneral del Estado, dicha cantidad se tiene que dar cumplimiento en el mes de noviembre y diciembre al sector magisterial con mil 439 millones de pesos por concepto de aguinaldos, primas, vacaciones, etc.
Mientras tanto, al personal de seguridad le tocan 336 millones de pesos; a los servidores públicos les tocan 178 millones de pesos; y, por último, a los jubilados se les tiene que depositar 244 millones de pesos.
Ante esta situación, respecto a la complicada misión que hoy tiene el Gobierno del Estado de cubrir esos gastos, hoy nos viene la siguiente pregunta: ¿Por qué los #legisladores del Congreso Local se aumentan el sueldo cuando existe problema como este?, ¿Qué acaso no hay un valiente que proponga reducirse el sueldo?; mientras todo se desmorona para los trabajadores, ciudadanos y sus familiares, estos ‘’súper ciudadanos’’ siguen utilizando el presupuesto a su antojo y créanme cuando les digo que definitivamente ellos sí la van a pasar ‘’bomba’’ este año, en el buen sentido de la palabra.
El Congreso Local, más que de capacidad jurídica, carece de empatía y servicio a la ciudadanía que, en teoría, debería ser su principal objetivo.
Apeló a la ‘#Doctrina Estrada’ como razón de no felicitar y reconocer a Joe Biden como virtual presidente electo de Estados Unidos; dice que “no será juez” y “no se meterá” en el proceso electoral.