POR: DON MAQUI
Recientemente en todas las redes sociales y en diversos medios de comunicación, circuló información que señala cuánto y cada cuando gastan los políticos en promocionar su imagen en redes sociales, en algunos casos como el de Samuel García resulta escandaloso el número que dan sobre dinero erogado para ese efecto.
La propia Clara Luz Flores, y algunos otros candidatos muestran el despilfarro que han hecho en pagarle a Facebook, Twitter, Instagram o diferentes redes para mantener vigente su imagen sobre todo en tiempos en los que todavía no pueden salir abiertamente a solicitar el voto.
Desgraciadamente para la mayoría, si una despensa entregada en manos de los candidatos no garantiza nada, imagínense ustedes a quienes los leen y están detrás de un celular o una computadora, si resulta engañoso creer que la popularidad de likes y comentarios va directamente a incidir en el ánimo del electorado.
Lo que queda claro y de manifiesto, es que de ninguna manera frenarán sus prácticas de gastos excesivos porque encontraron en ellas quizá el culto a la vanidad, o bien la rentabilidad política que les dicen sus consejeros de campaña se logra a través de redes sociales, sólo ellos saben porque gastan tanto dinero en esto, pero lo que aquí entendemos es que no necesariamente les beneficia o perjudica rumbo a su elección.