POR: DON MAQUI

En los terrenos escabrosos de la política, donde las victorias son efímeras y las derrotas suelen dejar cicatrices profundas, hay figuras que se niegan a caer en el olvido, uno de ellos es Paco Treviño, el ex Alcalde de Juárez, Nuevo León, quien en su más reciente intento por reelegirse fue sorprendido por un revés que pocos vieron venir, sin embargo, como los viejos gladiadores que no saben rendirse, Paco no bajó la guardia ni se sentó a lamentar lo perdido.

Ya antes había demostrado de qué está hecho, en 2021, cuando todo parecía cuesta arriba, se levantó contra pronósticos y ganó, lo suyo no es el acomodo fácil, sino la lucha frontal,  su carácter de luchador social, ese que no se construye en discursos sino en calles, gestiones y cercanía, lo empujó a seguir adelante.

El PRI, su partido, el de la vieja guardia y las nuevas batallas, lo llamó nuevamente y Paco, con ese sentido de lealtad que ya escasea, no dudó, sabe que el partido le ha dado mucho, pero también sabe que hoy más que nunca el partido necesita de hombres como él, junto a José Luis Garza Ochoa, ha aceptado el reto de ser secretario, no como un premio de consolación, sino como una nueva trinchera desde donde se empieza a reconstruir el futuro.

Juárez, ese bastión que alguna vez fue del Revolucionario Institucional, parece hoy tierra de reconquista y Paco lo entiende bien, su nueva encomienda no es sólo política, es emocional, es volver a armar al ejército, a tocar puertas, a fortalecer las bases, es, en pocas palabras, prepararse para el 2027. Porque en Treviño, la palabra “rendirse” simplemente no existe.

Más allá de lo que le depare el destino, hay algo seguro,  luchará por regresar a su tierra, ya sea para ganar o para ser parte del triunfo.

Como todo guerrero que se respeta, Paco Treviño no conoce el retiro, solo la pausa antes del próximo combate.