POR: DON MAQUI

En un juego que parece perverso, entre el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y el coordinador de los senadores de Morena Ricardo Monreal Ávila, han decidido frenar iniciativas bastante polémicas que han desatado críticas y comparaciones con el régimen chavista de Venezuela.

La más reciente es la pretensión de frenar el uso libre y privado de la redes sociales. Han buscado, Monreal y sus afines, subir mis iniciativas para efecto de tener una especie de “ley mordaza” contra los opositores al régimen de Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, parece que fue demasiado lejos ya que inmediatamente la oposición se aglutinó (como pocas veces lo hace) para criticar tal medida y argumentar que se vulnera el derecho a la libertad de expresión y, por supuesto, la información, ya con que los medios estén acostados es suficiente. Tanto ruido causó las quejas que decidieron frenarla.

Otra de las disposiciones que han pretendido modificar sin tener éxito es el famoso “outsourcing”. Se realizaron mesas de trabajo por todos lados, se buscó construir con iniciativa privada con los empresarios sobre este tema pero tampoco hubo consenso y el mismo presidente de la República solicitó que dicha legislación no se tocara por lo menos en un tiempo razonable para buscar negociar en términos políticos su aprobación.

La ley del banco de México también está atorada porque no existe consenso para buscar hacer ver a los interesados que las reformas propuestas tienen como finalidad un beneficiario y es el ciudadano.

Pero, más allá de frenos o “vetos” sobre lo que está haciendo Ricardo Monreal, algo huele muy raro y pareciera que es un acuerdo por debajo de la mesa de estirar la liga, como luego se dice,para ver cuáles si logran trascender y cuáles no al final, cuando se frenan quien queda como estadista es López Obrador y Monreal carga la Culpa de no consensar es la nueva manera de la cuarta transformación de pactar entre ellos mismos