Este próximo 1 de julio arranca el tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, ‘T-MEC’. En el transcurso de los días posteriores se analizarán las temáticas clave dentro de los nuevos lineamientos y normativas que incluye el Tratado.

Hoy se inicia con el sector automotriz y aunque dicho sector fue uno de los que resultó con los cambios más dramáticos en el ‘T-MEC’, las nuevas reglas no serán el principal reto para sus exportaciones, sino la efectividad del semáforo de reactivación en México, advirtió Kenneth Smith, ex Jefe de la negociación técnica de México en el T-MEC.
Kenneth Smith manifestó que es esencial que el semáforo de reactivación sea abastecido con información literalmente en tiempo real de los contagios por el virus que se vayan presentando en municipios y estados.

Por ello, hizo énfasis en la urgencia de masificar las pruebas de detección a nivel nacional, dado que esto dará una referencia certera y científica del comportamiento de los casos de contagios y evitará que municipios y estados sean puestos en “color rojo” por una inadecuada medición.

‘’La clave de los semáforos son los criterios que se usen para pasar de un color a otro y sobre todo la capacidad que permita determinar, de manera real, cómo se están reduciendo o incrementando los contagios. La efectividad de los semáforos va a depender de la capacidad de medir en tiempo real”.

Por su parte, Armando Soto, director de la consultora Kaso y Asociados, coincidió en que la reapertura total de la industria automotriz nacional es el principal reto, incluso por encima de las nuevas reglas del T-MEC.

“Ahorita las reglas no van a ser un tema álgido en el arranque del T-MEC, el gran reto es reabrir las operaciones, hay que volver a encadenar a todos los eslabones de la industria”.

Otro reto es que el acero y aluminio para fabricar un auto tendrá que ser en un 70 por ciento originario de Norteamérica.

Soto indicó que un análisis de Kaso, con datos reportados por armadoras en Norteamérica, arrojó que poco más del 90 por ciento de ellas cumple con las nuevas reglas del T-MEC.

“Son pocas las empresas las que podrían batallar con los nuevos requisitos; por ejemplo, armadoras que se abastecían de acero fuera de Norteamérica”.