Hablar de Cesar Garza es hablar de una célula del Partido Revolucionario Institucional que se lleva de calle a muchos otros cuadros que ahí se han formado.

El tres veces alcalde ha hecho méritos por enfocarse en una carrera más sólida dentro del PRI, aprovechando puestos y camaraderías para hacerse con el poder.

Impulsado por Oscar Cantú y Benito Caballero y unos más, Garza encontró el nicho perfecto para creer que puede ir a la Gubernatura, el municipio de Apodaca. Ese bastión priista que estuvo en la cuerda floja y que Morena casi le arrebata, pero por sorpresa de todos y de nadie, era claro que Garza sería el alcalde de aquí… Bueno o malo usted maquilector tendrá que juzgarlo.

Y aun cuando ha buscado mostrar una personalidad entrona y de progreso, la realidad es que el wanabe priista sólo representa lo mismo de siempre, esto a pesar de ser nombrado presidente de la Federación Nacional de Municipios de México.

La política mexicana es de favores y de dinosaurios de colmillos largos que llegan como redentores pero que en su práctica siguen con los mismos vicios, sino nos creen solo dense una vuelta a Apodaca, un municipio olvidado y que da pena.
Pero de qué nos sorprendemos, si sabían bien lo que les esperaba con un personaje como este, los ciudadanos de Guadalupe se los advirtieron, don Cesar Garza lo único que le importa es el billete y si entre más se puede mamar el becerrero lo hará, así que ni lamentarse es bueno, se tiene lo que se eligió.