POR: DON MAQUI

En que se ha convertido la política de nuestro país, parece que ya no existen límites para los partidos en la postulación de los candidatos o candidatas que hacen para los distintos cargos de elección popular.

El caso más sonado en estos días es el de Maru Campos, la candidata a gobernadora del estado de Chihuahua de extracción panista, que derrotó en una competencia interna al expresidente de ese mismo partido Gustavo Madero, está siendo procesada penalmente por haber recibido sobornos del gobierno de César Duarte cuando era legisladora.

Ese solo hecho, debería de llenar de indignación a los panistas y retirarle la candidatura a su abanderada, no porque quisiera sino porque su vida estatutaria así lo señala, que uno de los requisitos para ocupar un cargo público es gozar de buena moral, sin embargo, parece que estamos en la era en que lo que importa es ser rentable y lo demás es lo de menos.

Existe el extremo de un candidato de la alianza Juntos Haremos Historia, que actualmente está preso y aun así es registrado por motivos muy extraños, pero al fin y al cabo parece que competirá desde la casa.

¡Increíble lo que sucede nuestro país para replay!