La Sedena se ha convertido en una de las dependencias más solicitadas por el gobierno federal, pues se les ha dado muchísimas tareas que en otros sexenios le competían a otras instituciones, otorgándoles una millonada como presupuesto para hacer de él lo que quieran.
Podrían usarlo para comprar equipo, realizar infraestructura, contratar personal, e incluso, licitar aviones o helicópteros, pero de estos últimos no se tiene contemplado un adquisición, o no que sepamos.
Aún y cuando hay precedentes de corrupción en los mandos superiores de esta institución, se les da demasiado recurso federal; ya vemos porque quisieron desaparecer los demás fondos, todo por seguir pagándole sus caprichos a la defensa nacional, que si bien son necesarios, no tienen porque estar en todas partes porque eso sólo conlleva dejar un mensaje de control hacia el pueblo cuando no debería ser así.
Además, a pesar de la gran cantidad de presupuesto que ya le toca, rebasan el límite, tal y como sucedió en el 2020 cuándo gastaron más de lo que tenían establecido, casi un 30% que representó 30,000 millones de pesos más, ¿para qué se usaron? Esa es la incógnita.