Trump pudo haber perdido la batalla, pero como todo buen mandatario con complejo de superioridad, se niega a perder la guerra. La campaña del Republicano todavía tiene un as bajo la manga, pues ya planean un bombardeo de mensajes para alimentar su argumento, sin pruebas aún, de que al presidente le están robando una segunda etapa al frente de los Estados Unidos a través de recuentos de votos fraudulentos en varios estados.
Una de las opciones con la que planea hacerlo, es presentando obituarios de personas que afirma votaron en las elecciones y ya considera la posibilidad de realizar mítines al estilo de campaña para ampliar el mensaje.
De momento, el litigio que se tiene planteado para la campaña no ha tenido una prueba que sustente sus acusaciones de un fraude generalizado; sin embargo, el principal objetivo del bombardeo de mensajes es generar una duda razonable respecto a los resultados a fin de que los secretarios de estado se sientan presionados para abrir una investigación o solicitar el ‘’voto x voto’’ por su propia voluntad, algo que alargaría el proceso y podría dar a la campaña más tiempo para que avance el juicio en los tribunales.