POR: DON MAQUI 

Lo que te decía hace casi un año, algo que no se daría lo vivimos dramáticamente todos los días, la extensión que parece interminable de la pandemia por el covid.

Dicha enfermedad ha devastado familias enteras, ha complicado el accionar de muchos gobiernos, ha limitado la capacidad de movilidad de las personas, los ingresos, en fin, ha provocado un sin número de situaciones que van a originar problemáticas sociales que parece no tienen remedio, salvo repentinamente la malaria se fuera y nos dejara en paz. 

Ya perdimos el año pasado no solo vidas, no solo personas que amábamos, sino también cuestiones materiales, increíblemente llegamos al momento de vivir una Navidad y un Año Nuevo con cubrebocas y protegidos de contagios.

Llegaremos al día del amor y la amistad tan celebrado en México con ese mal, pasaremos la primavera y pareciera que el verano también aproximándonos al invierno conviviendo con el coronavirus,

Pero hay una situación que debe preocupar a todos los políticos, principalmente a los que acostumbran a través del trato personal conquistar el corazón del votante.

Parece que las campañas electorales estarán guiadas por protocolos sanitarios que dificultarán la convivencia natural entre el votante y el votado.

Deberemos de ver que define la propia Comisión Estatal Electoral y que autoriza la Secretaría de Salud y Jaime Rodríguez Calderón para determinar qué sucederá con la jornada electoral y por supuesto la campaña de tres largos meses que deben llevar los y las candidatas.

Si le preguntan a la ciudadanía seguramente estarían felices de que ningún político toque su puerta para pedirle el voto, ya que consideran que ninguno cumple jamás con lo que promete, sin embargo, o esto no será posible y veremos pronto como le dan la vuelta a estas limitantes que seguramente impactarán en el ánimo del ciudadano y en el resultado de la elección.