POR: DON MAQUI

El Partido Revolucionario Institucional desde su fundación ha venido pasando por una serie de cambios institucionales que en su mayoría responden al momento de encontrar en desventaja en el esquema político. Cuando la marca se agota deciden cambiar.

Este principio mercadotécnico lo ha sabido apropiar a su manera el Revolucionario, quienes una vez que sienten que el barco ya no es el correcto buscan como refundar su visión, y cómo la historia es cíclica, decidieron regresar a las bases, esas con las que se fundó el partido.

No es de sorprendernos, Morena es lo más cercano al viejo PRI, el partido del presidente López Obrador representa en su mayoría los ideales de una vieja corriente de justicia social donde los líderes políticos de los años 70’s y 80’s se formaron y, que ahora son líderes en Morena, ¿por qué? Porque aquí hoy se atiende la visión que los propios priistas dejaron a un lado.

Ser de Centro-Izquierda, se auto llamaron progresistas, pertenecientes a la corriente socialdemócrata, no se puede saber si por lo menos saben lo que significa esto, pero la apuesta es clara, van por el mercado morenista, por todos aquellos que aun ven en el tricolor un partido de esperanza; van por los cuadros que conquistó el mensaje de “progreso con justicia social”.

Esta serie de cambios que vive el PRI responden a la necesidad de tener una ideología, puesto desde la partida de Colosio Murrieta realmente no ha existido un personaje que represente el dogma revolucionario con el que nació el PNR, puesto una vez que dejó de vivir Colosio, la corriente social del PRI se quedó obsoleta, y ante la urgencia actual de sobrevivir se deberá, si es necesario, deformar la visión y misión del partido, la meta es no morir.