Bastó la llegada de un fenómeno meteorológico para evidenciar la falta de cultura cívica y de responsabilidad hacia el medio ambiente de los ciudadanos al salir a flote las toneladas de basura que lograron tapizar calles y pasos a desnivel, provocando inundaciones y cientos de daños.
Pero al mismo tiempo que evidencia la clase de sociedad que somos, también nos muestra la verdadera cara de nuestros gobernantes y, así tenemos un gobernador que siguiendo con sus ocurrencias, manda cancelar el servicio de transporte dejando varados a cientos de ciudadanos a la buena de Dios.
Luego, nos presenta a un alcalde que en plena emergencia sanitaria, se va de vacaciones y si eso fuera poco, la llegada de Hanna lo toma por sorpresa en un playa nayarita. Al parecer, este alcalde no tiene suficiente con el enojo generalizado que sus obras sobre áreas verdes ha ocasionado a sus gobernados. Si, es el mismo que no hace mucho presumía su plan de reactivación para su municipio con total arrogancia sin tomar en cuenta condiciones metropolitanas de emergencia.
No suficiente con esto, sale a la palestra un alcalde metropolitano más, que en lugar de dar respuesta a sus habitantes sobre los destrozos provocados por las torrenciales lluvias, se dedica a enviar un mensaje con voz de lamento suplicando a los “tóxicos” (llámense criticones de la autoridad) que se guarden sus comentarios, sin si quiera analizar si estos comentarios o críticas tienen sustento, sobre todo después de ver la pésima calidad en las obras que no soportaron la corriente de agua y cómo vil papel, quedaron echas añicos.
No suficiente con esto, este mismo alcalde suplicante juntando sus manos, le pide a la Federación que volteé a verlos y les resuelva el problema, se olvida que muchos de esos problemas son resultados de su pésima actuación como gobernante.
En todos los casos, un común denominador es la falta de seriedad y compromiso que tienen para la comunidad a la cual deben servir, prefieren voltear hacia otros lados y desviar la atención sobre lo que si debieron prevenir, pero es más fácil poner sus manos en alto y gritar “yo no fui, yo no fui!”, victimizarse antes que reconocer sus culpas, tirar la piedra hacia otro lado y desvincularse del problema y de la solución.
Por supuesto, habrá que señalar a aquellos que lo hicieron bien y, se mantuvieron al frente de batalla para resolver esta contingencia, dirigieron, organizaron y sobrellevaron esta situación desde el primer momento sin perder tiempo. Estos a diferencia de los anteriores, están listos para brindar soluciones y no sólo lanzar una lista de lamentos, excusas y evasivas para sacar adelante sus municipios.
Por supuesto que, requerimos más autoridades cómo estás y dejar atrás, mandar a sus casas a gobernantes como los que mencioné en un principio, al mismo tiempo que como sociedad debemos hacernos responsables del cuidado de nuestro medio ambiente en una acción tan sencilla como “pon la basura en su lugar” que, también puede aplicar y depositar a ciertos gobernantes en ese mismo lugar.