POR: DON MAQUI

Vaya cinismo el de Fernando Larrazabal, el cuestionado candidato de Partido Acción Nacional, que la inmaculada Alejandra Fernández, mujer de uno de los grupos empresariales más importantes de Nuevo León, dice que es un magnífico candidato. El ex alcalde de Monterrey se retiró de la política, según él, por espacio de cinco años para reflexionar sobre su pasado turbulento y lleno de corrupción a causa de los escándalos de su hermano y, por supuesto, de los casinos.

Todo este tiempo se dedicó, como todo el mundo lo sabe pero lo calla, a hacer negocios a lo bestia con alcaldías de todos los colores y con todos los partidos, traicionando (fiel a su estilo) una y otra vez al PAN, y por supuesto, al último candidato que pudo ser alcalde en la metrópoli regia como Felipe De Jesús Cantú Rodríguez.

Sin embargo, Larrazábal regresó a los brazos de quienes también lo habían traicionado, como Raul Gracia Guzman y Zeferino Salgado, para procesar la siguiente venta de candidatura, como es la de gobernador.

Pero el tema que realmente indigna es que salga el oaxaqueño a decir que está preocupado por el tema de la pandemia, maldita sea la memoria de los políticos, pero sobre todo la cobardía y lo ruin que suelen ser como Larrazábal, en este momento hablar de un tema del que no apareció durante casi 11 meses en los que se han registrado más de 140,000 muertes en el país diciendo que adquirir las vacunas para sus colaboradores representa una de las caras más cobardes que puedes ver en la política.

Oportunismo total, ya que no se preocupó jamás por nadie durante toda esta pandemia y seguros estamos que no frenó de ninguna manera todos sus negocios por cuidar la salud de los que con él trabajan, sin embargo, fiel al estilo hoy sale y dice que está angustiado por lo que haga o deje de hacer el presidente en ese tema.

Ojalá que alguien le crea al famoso “quesogate”, pero, por lo menos en este medio, no tenemos dudas respecto al oportunismo que representa su candidatura y que su imagen está manchada con un dejo de corrupción.