POR: DON MAQUI

Vaya que cuando te toca, te toca, y, dicen por ahí, es el caso de José Luis Garza Ochoa, diputado federal electo por el Revolucionario Institucional, que antes de ser candidato buscó afanosamente ser el presidente de su partido.

Dicha distinción no se la dieron ya que la unidad entorno a Adrián de la Garza fortaleció la posibilidad de Heriberto Treviño Cantú para llevar las riendas de su partido.

Jose Luis Garza Ochoa, digno representante de una corriente disciplinada del tricolor, se hizo a un lado y aceptó contento que se tomara la decisión sobre una dirigencia que no encabezaría pero, sin embargo, su encomienda fue la de analizar los perfiles para la elección que recién terminó.

Pero dicen que lo que es tuyo siempre, aunque te quiten, el día de hoy fue ungido como presidente finalmente Garza Ochoa, quien tuvo la paciencia y disciplina de quedarse y hoy goza de una doble cachucha y vaya que los dos cargos son trascendentes.

Ejemplo de constancia y perseverancia el que da para la clase política el joven Jose Luis Garza Ochoa, a quien el día de hoy su amigo del alma, Alejandro Moreno vino y lo nombró para ejercer el liderazgo en los priístas.