POR: DON MAQUI
Hace unos días, los grandes actores de la política regiomontana, #PRI, #PAN, Movimiento Ciudadano y Morena , nos ofrecieron una rara muestra de civilidad política, un acuerdo sobre el Presupuesto estatal, la aprobación de un nombramiento clave como el Fiscal general y la consolidación de una tregua en un contexto de constantes enfrentamientos, un pacto que, aunque parecía un milagro de conciliación, deja en el aire varias preguntas cruciales sobre cuánto durará esta paz, ¿Es este un acuerdo genuino o simplemente una pausa estratégica en la eterna guerra política que se libra en Nuevo León?
La presidenta del Congreso, Lorena de la Garza, no tardará mucho en recordar los juicios políticos pendientes o también será parte de los acuerdos “no públicos”.
Porque en un entorno como el de #NuevoLeón, donde las tensiones entre los partidos están siempre al borde de la explosión, ¿Qué tan fácil será para Lorena y sus aliados mantener esta imagen de serenidad cuando, inevitablemente, los intereses personales y #políticos vuelvan a chocar?, los #acuerdos entre los actores políticos no son eternos, es solo cuestión de tiempo hasta que algún detalle mínimo, un nombramiento, un presupuesto, un tema sensible para cualquier sector, desate una nueva confrontación.
El acuerdo de estos días podría ser lo que en política se denomina una tregua estratégica, un momento en el que los partidos se dan espacio para reposicionarse, para salir fortalecidos ante el electorado, ¿Cuánto tiempo durará la calma?, la respuesta es incierta, pero los antecedentes nos enseñan que cuando el reloj electoral comienza a sonar, los intereses cambian, las promesas se olvidan y los compromisos se rompen y lo que hoy parece una luna de miel podría convertirse rápidamente en un campo de batalla, la distancia entre el acuerdo de hoy y el choque del mañana puede ser más corta de lo que parece.
Morena, que ha sido parte de la ecuación en los últimos años en la lucha por el control del Estado, tiene mucho que decir en este proceso, a pesar de su fuerte presencia a nivel nacional, en #NuevoLeón la situación se complica al depender de actores locales que aún luchan por consolidar una imagen fuerte y coherente, con los ajustes internos que está sufriendo el partido, especialmente entre las figuras que buscan posicionarse hacia las elecciones venideras, será interesante ver hasta qué punto pueden mantenerse alineados con este “pacto de paz” o si, por el contrario, las fracturas internas en Morena se abrirán más temprano que tarde, contribuyendo al resquebrajamiento de cualquier acuerdo que los partidos rivales hayan alcanzado.
El PAN y Movimiento Ciudadano, por su parte, tienen sus propios cálculos, en un escenario donde sus posibilidades de éxito en las próximas elecciones están bajo constante presión, ¿Cuánto estarán dispuestos a ceder para mantener un acuerdo aparentemente pacífico?, si bien hoy parece haber consenso, cualquier resquicio de incumplimiento o deslealtad podría reavivar el fuego de las confrontaciones pasadas, aún más, el PRI, representado por sus figuras más tradicionales, también está en una situación delicada, a pesar de los avances, la presión por mantener relevancia política es tan alta que cualquier movimiento en falso podría desestabilizar este frágil equilibrio.
La clave está en los acuerdos no públicos, aquellos que se sellan detrás de las cortinas, en la política local, nada es completamente transparente, los actores principales que hoy parecen haber encontrado una paz momentánea, saben que el escenario cambia rápidamente, no todo lo que se negocia es lo que se muestra al público, hilos invisibles que conectan a los actores más poderosos de cada partido seguramente están siendo trabajados a nivel subterráneo, y es probable que estos acuerdos escondan más de lo que hoy se presume.
Lo que es seguro es que, aunque en apariencia se haya llegado a un acuerdo de civilidad, el futuro no promete una paz estable, la guerra no está acabada, como bien se sabe en la política, la guerra no se termina con un acuerdo público, sino con la persistencia de intereses, ambiciones y los inevitables roces del poder, el tiempo dirá cuánto durará esta tregua, si es que alguna vez ha sido verdadera.
Lo más probable es que, al final de este ciclo, todos los #actores pierdan más de lo que ganaron, los años de confrontaciones estériles, de luchas por el control de cada espacio político, habrán dejado una huella de desgaste, tanto en sus estrategias como en su imagen ante el electorado, tal vez esta “paz” sea solo el preludio de una guerra que nunca dejó de existir, el futuro próximo, con su carga electoral, no perdonará a quienes hayan creído que esta tregua era el fin de la contienda.
Al final del día, lo que parecía ser una victoria momentánea podría ser solo un paso hacia el desgaste final, mientras los hilos invisibles de los acuerdos ocultos continúan tejiendo el futuro político del Estado, queda claro que, por ahora, el reloj está detenido, pero todos sabemos que el tiempo, ese siempre infiel aliado de la política, es lo único que nos dirá cuánto durará la calma.