POR: DON MAQUI

En una historia que jamás se ha vivido, se convertirá el desenlace de elección por la alcaldía de Guadalupe.

Ya salió el primer damnificado de muchos dicen los enterados en aquellas tierras, Alfonso Robledo se fue del PAN de sus supuestos amores porque no tenía cabida en una ecuación que aquí hace semanas anunciamos, el PRI lleva mano en alianza panista en un municipio que ha gobernado desde el 2003, es decir, por 20 años ininterrumpidamente.

Era estúpido pensar que el Revolucionario Institucional soltaría una de las joyas más preciadas que tiene en la actualidad, Guadalupe.

El PAN, está resuelto a ceder todo a cambio de que Raúl Gracia mantenga fuerza en el Congreso local, que es el negocio del siglo.

Por otra parte, Héctor García, parece que va sumando talentos electorales a su equipo, veremos si Robledo en verdad vale por él mismo o la marca panista era la que casi lo hace ganar dos elecciones.

El estigma de Robledo es un problema, ya que, se le cataloga de ser un perdedor y no es gratis, no señores, perdió 3 de 5 elecciones en que compitió.

La máquina tricolor supo todos estos años dar golpes contundentes hasta al mejor gallo, que presumía tener el PAN en aquel lugar, Pedro Garza Treviño.

Ahora, se enfrentarán en estricto sentido una alianza de ex prianistas (Robledo y Héctor García) vs prianistas encabezados por Cristina Díaz.

La apuesta de esa alianza se reduce a dos gallos, el líder tricolor José Luis Garza Ochoa que cuenta con la simpatía de muchos sectores priistas, además de sumar mucha experiencia en los últimos años, aunado a que tiene todo el respaldo del líder nacional del tricolor.

Por otro lado, esta Tomás Montoya que tiene todo el aparato municipal a su alcance, pero más aún se ha placeado estos 4 años y medio por lo largo y ancho del municipio con su jale de presidente del DIF, recogiendo buenos dividendos y contando, por supuesto, con el respaldo absoluto de su madre la alcaldesa Cristina Díaz, que dos veces ha sabido ganar sola contra Acción Nacional, MC y Morena en contra, con la ventaja que esta ocasión contará con los votos de los albiazules.

Por su parte, Héctor García tendrá el efecto naranja y el apoyo absoluto de Samuel García, así como de todas las fuerzas vivas del partido naranja, un tipo que sabe ganar elecciones y que tiene en su base sindical una estructura electoral que envidiaría cualquiera.

Su sindicato es sin duda, el baluarte más fuerte que trae el diputado que ahora mismo será su base para lanzar su campaña con amplias posibilidades de dar la más épica de sus batallas.

Veremos cómo se acomodan las cosas y sobre todo que aliados van sumando cada bando.