Por: Sandra Pámanes
Más que analizar lo que jurídicamente procede después de conocer la decisión del Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, relativo a la falta de cumplimiento por parte del Congreso del Estado de Nuevo León, para ratificar a Ángel Mario García, como Magistrado del Tribunal Superior de Justicia, un asunto grave de incumplimiento de la Ley de quienes tienen la responsabilidad de crear las leyes que todos debemos cumplir. Una incongruencia total.
En ocho ocasiones la instrucción dada a los diputados por parte de la autoridad judicial fue de proceder a la ratificación del #Magistrado, las mismas ocho veces que el asunto fue discutido y votado en el pleno ignorando, desatendiendo y pasando por alto la orden judicial.
Este asunto no es menor, al contrario, es vergonzoso que nuevamente la clase política de Nuevo León, vuelve a poner en la palestra del señalamiento público nacional a nuestro Estado.
Lo que hoy queda en evidencia con lo ocurrido en el #Congreso con la amenaza latente que las diputadas y #diputados puedan ser destituidos, pisar la cárcel y la inhabilitación para ejercer cualquier cargo público, nos muestra el nivel de política que se venía ejerciendo desde hace tiempo en el Congreso, con un sin fin de negociaciones entre los grupos legislativos que van desde su integración, acompañado del fraude electoral y el manejo tan desaseado de los grupos legislativos que, a través de acuerdos y no de votos en las urnas mantienen el control de este órgano legislativo. No hace mucho, observamos las renuncias de diputados de un grupo legislativo y su paso a otro grupo sin razón alguna, tan solo cumplir con acuerdos en lo obscurito para ceder el poder y control político interno tanto al PRI como al PAN.
Después de observar lo que hoy ocurre, a lo que podríamos sumar un sin fin de temas más, nos queda claro que no es ni la constitución ni el orden legal y jurídico lo que priva en este Congreso, mucho menos los principios éticos y de responsabilidad lo que guía sus acciones, por el contrario, la ambición de poder, la soberbia enquistada en los poderes fácticos de los partidos políticos están dando al traste con el sentido puro y legítimo de la política en Nuevo León.
Previo a un proceso electoral por demás importante, espero que los ciudadanos podamos vernos en ese espejo de podredumbre y destrucción que nos presentan desde el Congreso la clase política local y en esta ocasión pongamos un límite, decir un ¡ya basta!, un ¡hasta aquí! a la ambición desmedida de quienes mantienen el control de la vida política de Nuevo León y que solo ven el servicio público como una oportunidad de servirse a sí mismos y no para acrecentar el espíritu emprendedor de su gente y llevarlo al nivel de excelencia que merecemos todos.
Nuestra columnista fue Presidenta Estatal del Partido Acción Nacional, Diputada Local, Secretaria del Ayuntamiento Regio, Delegada Federal y Candidata a la #Alcaldía de Monterrey.
Además de cofundadora de Red #Paridad en Nuevo León.