POR: DON MAQUI

Alguien debería de explicarle a Samuel García y Fernando Larrazábal que, en realidad, la disputa por la gubernatura de Nuevo León sólo se cifrará en Clara Luz Flores Carrales y Adrián de la Garza, ya que el pleito que sostienen actualmente, respecto a acusaciones mutuas, parece que ilusionó al del movimiento naranja y al del PAN que pueden recibir el beneficio de esa lucha.

Nada menos cierto que eso, ya que es evidente que el voto duro que tiene Morena en el estado está en este momento sosteniendo, y con mucha fuerza, la candidatura de Clara Luz Flores, así mismo, el trabajo realizado por Adrián de la Garza en los últimos cinco años de su administración, el tener cero escándalos, al mantener una posición ecuánime, incluso con los ataques infundados de la Escobedo, lo mantiene en primer lugar de las preferencias.

Por más intentos que haga Samuel García de lograr trepar al segundo o primer lugar será sumamente difícil para él, ya que su papel de rijoso todos estos meses en nada le ha servido, inclusive, le pasaremos el dato por adelantado a Samuel García que todas y cada una de las ofensas que ha proferido en contra de los candidatos, violentan la ley electoral y esto, tarde o temprano, cuando sea necesario, le cobrarán factura sus adversarios, entonces su sueño guajiro de que subirá en las encuestas, es sólo eso.

De Fernando Larrazábal, sólo podemos decir que su campaña es una catástrofe, ya que a estas alturas, según sus pronósticos y sus apostadores, con la marca panista y lo que él mismo se creyó, que seguía siendo rentable ante la comunidad, debería de estar pisando los talones a los punteros, sin embargo, ha sido rebasado por el propio Samuel García ya que la campaña del ex-alcalde de Monterrey y San Nicolás, nada más no logra arrancar, no transmite emoción, no logra de ninguna manera permear en el ánimo electorado, aún y que se sube a todos los temas que le indican sus asesores, que son pésimos por cierto.

Fernando Larrazábal, nos dicen los enterados de esa campaña, dejó de ser el candidato carismático que fue antes ya que ahora hace ridículos como bailar TikTok, atacar a sus adversarios, (lo cual no formaba parte de su ADN) e incluso exhibir algunas deficiencias como reconocerse a sí mismo como mal político, con la finalidad de agradar al ciudadano, sin embargo, nada le funciona.