POR: DON MAQUI

Extrañamente Samuel García ha pretendido minimizar la gravedad de su problema, busca de todas las maneras fiel a su estilo desviar la atención de lo verdaderamente preocupante, y claro, a nadie le importa lo que haya pasado en su infancia, por lo menos así se ha dejado ver en redes sociales donde la gente divertida ve memes por todos lados y normaliza que un niño está en un lugar tan peligroso como donde andaba Samuel con sus padres.

Pero eso queridos maquilectores, efectivamente es un pasado turbulento y lleno de dudas, de incertidumbre por saber qué sucedía en aquella época, y todo lo que usted puede imaginarse, todo lo que podamos pensar mal de las finanzas del candidato.

Pero el problema que realmente importa no es el que pasó hace 20 años, lo que en realidad es trascendente, es justificar ante el órgano de fiscalización del Instituto Nacional Electoral que ha dado muestras de intolerancia, y sobre todo de ser garante de la equidad en los procesos como se puede desprender de la sentencia que han dictado a diversos integrantes de Morena, como el caso más sonado de Félix Salgado Macedonio.

Palabras más palabras menos, los consejeros mostraron una férrea defensa a su facultad de fiscalización argumentando que todo lo que tenía que ver con el tema del gasto en precampaña y campaña, debía de ser totalmente transparentado, legal y equitativo, permitir que un candidato burle las reglas de la fiscalización, equivalía a romper la equidad del proceso.

Por eso, más allá de la buena o mala fama y reputación que se ganó Samuel García por la repentina aparición de su familia en fiestas incómodas, lo que realmente debe de preocupar y ocupar al “senatore” Samuel es que va a hacer para lograr convencer al órgano de fiscalización que todo el dinero que reportó gastado siempre fue una falacia, y un error de un Contador.

Como diría Andrés Manuel López Obrador cuando le preguntaron sobre la posibilidad de perder la mayoría en la Cámara de Diputados, “no está tan fácil, no está tan fácil” señaló una y otra vez, así debe de saber el equipo naranja que sortear la aduana del INE será una ardua labor jurídica, precisamente el terreno donde el emecista suele fracasar una y otra y otra vez, en definitiva, la historia indica que Samuel García es un perdedor permanente de batallas jurídicas.

Toda la feligresía del senador con licencia puede estar tranquila, nadie persigue su pasado y a nadie le importa de dónde provenga su riqueza, lo importante es que justifique ante el INE dónde, cómo, y en qué gastó 24 millones de pesos, y como lo hizo tan rápido en menos de 35 días casi 1 millón de pesos diario.

En la máxima de los recursos públicos, es precisamente su origen y su destino algo que García desconoce.

De no cumplir con el mandato de justificar sus ingresos y gastos de campaña, lo inevitable sucederá #SamuelGarcía será retirado de la contienda y deberá pelearse en el tribunal electoral del poder judicial de la Federación su posibilidad de seguir compitiendo.