Mucho se dice sobre la relación de este gobierno y el presidente con los empresarios. Suele cuestionarsele que no ha apoyado a la clase empresarial y hay quienes incluso pretenden trasladarle al presidente responsabilidades que no le tocan o que sencillamente escapan de sus facultades. 

Por mi parte, yo como empresario, tengo que reconocer que NO ha endeudado al país y que eso en términos macroeconómicos es muy bueno. Pero eso a ninguno de sus críticos parece importarle.  

Además ha sido muy prudente con el gasto. Nunca antes un gobierno se había apretado  tanto el cinturón. Pero no lo hizo cortando beneficios para la población sino disminuyendo la alta burocracia, una demanda histórica de las Cámaras empresariales que hoy parece que se les ha olvidado.  

En este reajuste del presupuesto tampoco ha aumentado los impuestos pese a que tiene una mayoría absoluta en la cámara que le permitiría, si quisiera, aumentar los impuestos a la clase media alta y alta, los más ricos, no lo ha hecho. Ese es un signo de estabilidad que nadie le ha reconocido. 

Con el mismo dinero se está haciendo más que antes. Desde que llegó a Palacio Nacional el Presidente ha insistido en hacer rendir los ingresos del gobierno y en reorganizar la estructura de capital humano para alcanzar las metas trazadas. Esa visión sin duda coincide con lo que haría en su empresa cualquier empresario.  

Pero veamos…Se le cuestionan sus grandes proyectos bajo la óptica de ver al gobierno como un negocio y el gobierno NO es un negocio. Un gobierno tiene una responsabilidad estratégica. 

Por ejemplo, la inversión en Dos bocas tiene que ver con soberanía energética. Si bien es cierto que hoy refinar gasolinas es un negocio que deja un dólar por galón, deja ganancias, no deja pérdidas. 

Y en cualquier caso, repito: Soberania energética. Esta pandemia del covid no ha demostrado que en el mundo cualquier cosa puede pasar, ¿Se imagina qué pasaría si los países que nos venden gasolina dejan de hacerlo? Improbable, quizás, pero justo por eso las refinerías son infraestructura estrategica.   

La dinámica de pensar que el estado tiene que generar una ganancia es equivocada. Esa es la dinámica bajo la cual se privatizaron en el mundo los servicios de salud, los penales, la educación, etcetera…  

El problema de eso es que la política del gobierno pierde su sentido social y mercantiliza el estado de bienestar de los ciudadanos.  

En esta pandemia hay empresarios se quejan de la falta de rescates financieros o económicos por parte del gobierno, pero en las historias de nuestras crisis hasta donde yo recuerdo ningún gobierno o Presidente rescató a los empresarios y cuando lo hizo sólo fue a sus cuates.  

En lo personal en la crisis de Ernesto Zedillo perdí una empresa de transportes y también casa por el esquema de udis que tras esa crisis se inventaron.  

Cuando la crisis de la influenza, en tiempos de Felipe Calderón, tampoco recibí ningún tipo de apoyo y mira que aquella crisis ocurrió apenas meses después de el crack bursátil, crisis en la cual tampoco se apoyó a los empresarios. 

Quisiera saber quienes son los empresarios que han recibido apoyos en las crisis. Respecto a quienes argumentan que el gobierno debe generar certidumbre para las inversiones y los empresarios sencillamente se equivocan. 

En las inversiones y en los negocios no hay garantía de certidumbre. A menos claro que el negocio consista en un monopolio o implique algún cochupo que asegure dados cargados. 

Pero recordemos que la Nación no es un negocio, es un lugar donde se puede invertir respetando el estado de derecho, conscientes de que todo negocio lleva un riesgo.

Ese es el verdadero poder de una empresa, esas son las verdaderas garantías, las morales, como la honestidad, el respeto, la autoridad y el beneficio social, los que comulgan con esto, esos son… ¡los verdaderos empresarios!