POR: DON MAQUI
En política, los gestos importan tanto como las palabras, y en Nuevo León, donde las disputas han convertido al Congreso en un “campo de batalla” permanente, hay señales que invitan a la especulación, ¿Será que, por primera vez en años, el #PAN está dispuesto a un acuerdo real para destrabar el presupuesto estatal?.
Las declaraciones de Policarpo Flores, dirigente albiazul, y de Carlos “Chale” de la Fuente, líder de la bancada panista, parecen apuntar en esa dirección, Flores, un peón de #Raúl Gracia (quien sigue moviendo piezas en la sombra), dice que el #PAN está listo para negociar, hasta ahí, nada nuevo, pero lo interesante no es lo que dice, sino lo que deja entrever: que ahora sí hay voluntad de llegar a consensos.
Siendo realistas, hasta hace poco, el #PAN no tenía prisa en destrabar nada, la falta de presupuesto era una herramienta útil para desgastar a Samuel García y su Gobierno, sin embargo, la situación ha cambiado.
Los proyectos clave, como las Líneas del Metro, la Carretera Interserrana y la reconstrucción tras la tormenta “Alberto”, están en riesgo, y, en año electoral, no conviene aparecer como los villanos que frenan la obra pública.
Pero lo verdaderamente revelador está en las palabras de Carlos de la Fuente, el hombre que hasta hace unos meses tenía un veto político contra Mike Flores (el coordinador de la bancada naranja), ahora habla de entendimiento con Movimiento Ciudadano, ¡vaya cambio de tono! antes, ni el saludo se daban, ¿Será que los naranjas y los azules están acercando posiciones por conveniencia mutua?.
Chale incluso abrió la puerta a autorizar deuda para que el Estado termine las obras, es decir, de la confrontación total con el Gobernador, ahora hay espacio para el “diálogo y consenso”, no hay que ser un genio de la política para ver que esto no es gratis, si el PAN cede, es porque espera algo a cambio, ¿Qué negociaron en lo oscurito?.
El giro en la narrativa deja dos posibilidades, o en el PAN están viendo que el desgaste ya les cobra factura y necesitan una salida digna, o Raúl Gracia y compañía ya tienen un nuevo acuerdo en proceso, porque en esta historia, nadie da un paso sin calcular la jugada siguiente.
¿Estamos entonces, ante la luz al final del túnel? ¿O es sólo otro espejismo en el desierto político de Nuevo León?, lo cierto es que, cuando los enemigos de siempre empiezan a hablar de acuerdos, algo se está cocinando, y en esta cocina, siempre hay un chef que mueve las brasas sin que nadie lo vea.