Por: El Vampiro de Hualahuises

¡Ya llegué de donde andaba! Buenas, buenas, mis queridos y finos vampilectores, ya regresé se preguntarán ¿dónde andaba?, pues en Reynosa, Tamaulipas, pero como ya se puso muy feo el asunto por allá me tuve que regresar a mi natal Hualahuises querido, que por cierto felicito a mi paisano Chucho Aguilar que se llevó la diputación de calle, eres un orgullo del pueblo.

Pero bueno, pues ya sin mucha barba a “Chuchis”, como ustedes saben yo soy como los de “Reportajes de Alvarado” tengo amigos en todos lados, pues resulta que en el municipio de Cerralvo me platican que está todo muy tenso por el tema político, yo ya les había dicho desde hace años que ese “Baltita” no respeta ni las leyes, ni a nadie, pero bueno esa es otra historia.

Me cuentan que traen un relajó con el tema de las regidurías de oposición, las que me comentan traen el argüende son la que se ostentan como presidenta de Morena en el municipio (sin serlo), la profesora Oricelda Cavazos Ríos y su fiel escudera la también profesora Katy Martínez González, pues se sienten apoyadas por la ex presidenta estatal en funciones Bertha Puga, pues ella siempre las tuvo activas pidiendo firmas para que Clara Luz no fuera la candidata, le puso un regidor a modo al actual alcalde, y ya le puso otro a modo al alcalde electo Balta papá, imagínense protestaron en contra de la nueva presidenta Viridiana lorelei (viri pa´ la raza).

Esas y muchas cosas más me platican de sus fechorías, por gente como ellas es que la 4T no avanza, a eso le sumamos que a esas maestras nadie las quiere en el pueblo porque son muy regañonas, esperemos que en la nueva reestructuración de Morena las dejen fuera, porque ellas siendo maestras no saben sumar, pero qué tal grillar.

Lo que no saben es que Bertha Puga nunca tuvo un poder real, es más, dicen que el que acomodaba los carros y los lavaba ahí en frente en la plaza tenía más autoridad que Puga porque una vez AMLO le dijo: “hay te encargo”, y eso si es legitimidad, ¡ánimo mi gente de Cerralvo!, que pronto andaré por ahí visitando a mi compadre Zacarias, y no es albur.