No cabe la menor duda que Santa Catarina se enfrenta a una situación alarmante, la falta de compromiso por parte de las empresas contaminantes y la poca regulación de éstas, ocasiona un grave deterioro en el medio ambiente y, por ende, en la salud de sus habitantes.
Si bien es cierto que nuestra ciudad es eminentemente industrial, las empresas ahí asentadas podrían ser vistas desde dos perspectivas muy diferentes, ya sea por su responsabilidad social y sus acciones para evitar contaminar nuestro aire, agua o tierra, o bien, destacarse como los principales agentes contaminantes.
Lamentablemente es muy evidente que la protección y cuidado del medio ambiente no ha sido su prioridad, pero si es la nuestra, es por eso que estamos trabajando arduamente para que la industria cumpla las normas y sea regulada estrictamente.
Ya fue suficiente que los santacatarinenses sigan enfermándose de su sistema respiratorio y circulatorio, además de padecer alergias y problemas en la piel, provocados por la emisión de partículas y gases contaminantes, que con su fétido olor afectan su calidad de vida.
Sobre nosotros cae la obligación de contribuir y buscar soluciones, las denuncias ciudadanas son prioridad, el índice de niños con principios de asma aumenta de manera alarmante y el hedor que tristemente ya caracteriza a nuestra ciudad, priva a la población de convivir en espacios públicos y les impide abrir las ventanas de sus hogares y respirar un aire puro
En este contexto, se requieren medidas preventivas como la implementación por parte de la industria, de adecuaciones en sus sistemas de producción y la adopción de procesos verificados hacia la medición de los índices de contaminación.
Lo que buscamos es contar con un municipio limpio, habitable y con una economía competitiva, por eso debemos de establecer ya una estrategia a nivel estatal, de la cual quiero formar parte, pues sin salud, no hay nada.