Este día, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), discute (y muy posiblemente apruebe) ejercer la “facultad de atracción” para suspender #temporalmente el proceso de las #Elecciones2020 en #Coahuila (16 Diputaciones Mayoría Relativa Y 9 Diputaciones Representación Proporcional) e #Hidalgo (84 Ayuntamientos), incluida la Jornada Electoral, por la contingencia por #COVID19mx.

El registro de candidatos estaba programado a iniciar de el 3 al 8 (Hidalgo), y del 15 al 19 (Coahuila) de abril de este año, respectivamente; mientras que el inicio y desarrollo de las campañas está previsto para el 25 de abril.

De aprobarse, será una medida congruente a la realidad, derivada de la Declaratoria De Emergencia Sanitaria, decretada por el Gobierno de México, que permitirá (llegadas las condiciones de reponer el proceso) la realización de las campañas y una jornada electoral, donde se pueda cuidar la equidad y ejercer una vigilancia completa, y sobretodo, donde los candidatos y los ciudadanos tengan una mayor certidumbre de tener un proceso democrático y con la mayor participación posible.

También es una oportunidad para que todos los institutos políticos, realicen una adecuada elección de candidatos.

Que representen los ideales del partido, pero que tengan también el mínimo conocimiento de las responsabilidades de los cargos por los que compiten.

Que les acompañe una calidad moral en su actuar diario, que tengan “ganas de ganar” y lo demuestren esforzándose al máximo en su período de campaña.

Que si su elección fue producto de una cuota de género, que sean las y los mejores representantes de cada instinto político y no se emplee la paridad para acomodar a recomendados o cercanos a la cúpula.

Y sobre todas las cosas, que la elección interna de las y los candidatos, sea un proceso transparente, sin pagos de cuotas gremiales o sectoriales, donde todos tengan la oportunidad de defender su candidatura y respaldarla con argumentos, sin insultos ni prejuicios. Donde los que quieran representar a los ciudadanos sean (y hayan sido) cercanos a los ciudadanos, a sus necesidades.

Porque, ni el número de seguidores, ni el gasto en publicidad, ni las promesas que empiezan a hacer el día que inicia la campaña y se convierten en “lemas y tendencias”, no aseguran ninguna actuación ni en campaña, ni ya electos.

Que aquellos institutos políticos, que presumen ser democráticos e inclusivos, lo demuestren en la vida real (y sobretodo en sus procesos de elección de candidatos) y no sólo cuando se invocan los estatutos.

Los debidos procesos y la oferta de los mejores perfiles debe ser garantía para todos los ciudadanos, donde la democracia sea para todas y todos.