Para nadie es un secreto que los partidos políticos y sus candidatos gastan siempre más ,y por mucho, de lo que marcan los famosos “topes de campaña”, la parafernalia con que se conducen, el glomour, las dádivas, los spots de televisión, la propia prensa escrita de gran calado, hacían suponer siempre que no cuadraba el gasto contra el dinero aprobado como máximo para gastar en una campaña, y vaya que tienen razón.
Los grandes partidos como el PAN, el propio PRI, llenos de compromisos desde sus gobiernos locales y municipales y por supuesto la presidencia Imperial, en su momento siempre tuvieron acceso a los favores para que algún “contratista” de gobierno pudiera hacerles el favor y evitar así la fiscalización del recurso público proveniente de las prerrogativas.
Es sumamente interesante que dos de los llamados nuevos ciudadanos consejeros hayan puesto la mira en temas de fiscalización, no es un tema menor y no será un tema fácil para ellos, han acogido la bandera más difícil de combatir, la de la inequidad en el proceso que da el dinero producto de ese lavado o ilícito.
Es un tema delicado solo de tocarlo, imagínense de abrirlo al escrutinio público, la valentía mostrada es la primera virtud que debemos aplaudir de esta nueva camada de consejeros.
Dan muestras de querer cambiar las cosas, de buscar el verdadero problema de por qué los buenos candidatos no llegan al cargo público aún y que gozan de la simpatía de la gente.
Porqué, siempre en los cuarteles de los partidos, existe el famoso “día d” ese que asumen que cambia 60 o 90 días de campaña, vaya, hay incluso apuestas que las encuesta ya no son más importantes que la “inversión” en compra de votos, claro, siempre lo ha habido, pero hoy, es más evidente ese tema.
Celebramos que por fin habría mano dura para guardad equidad en proceso , ya que si la fiscalización existiera y cada candidato solo gastara lo que la Ley le permite y no usara fondos de dudosa procedencia, otro gallo nos cantaría, sin embargo es de aclararse que ni todos usan esa fórmula ni pocos la desusan, cuestión de contar con los padrinos adecuados y listo.
Alístense candidatos y partidos que gustaban de meterse millonarias cantidades a sus campañas, que el nuevo INE parece que trae la guillotina lista para metérsela a quienes se atrevan a desafiar la regla impuesta desde su llegada a ese Instituto: fuera el dinero que no sea de prerrogativas.