El bloque de oposición a Andrés Manuel López Obrador y Morena logró su cometido festejar con bombo y platillo que no pasó la Reforma Constitucional que pretendía el Presidente.
Hasta ahí todo genial, todos felices y contentos, pero resulta que su victoria fue bastante efímera y parece que es más dañina que benéfica para el Instituto Nacional Electoral, que ahora se quedó en el aire en el tema operativo, presupuestal y sobre todo con el riesgo de ser intervenido directamente por MORENA.
Les guste leerlo o no, se enojen o no, la oposición parece que actúa de manera visceral, salía más barato negociar una reforma constitucional en donde pudieran todos los actores meter mano y no sólo MORENA.
Ahora ya sólo queda rezar, ya que necesitan de un verdadero milagro , porque todo indica que Ricardo Monreal no les cumplirá en el Senado y ante la presión morenista no frenara la reforma, que esta, si, ya vuelta realidad, no sólo han tocado al INE, lo golpean a grado de dejarlo moribundo.
¡Ojalá! los partidos políticos tengan la capacidad de tener también un “plan B” como lo tenía López Obrador para salvar a Lorenzo Córdova y su gente, veremos.