El eterno Maquío siempre vivirá en nuestros corazones, en la historia de México y en esta lucha inalcanzable por la justicia y la democracia.
Manuel Clouthier, un hombre duro que luchó contra toda adversidad y con ideales claro de superación y de progreso social. Un hombre que demostró su amor por México en su forma más peculiar.
Son 30 años de aquella sospechosa muerte, de aquella noche fatídica donde una curva cobró la vida de quien fuese y es la bandera más grande de Acción Nacional.
Y esto es lamentable, su muerte dejó un vacío en la historia política de este país, pero es aún más terrible que luego de 30 años de su muerte los panistas lo sigan tomando como bandera cuando desde hace años se alejaron de los ideales mismos que el Maquio exponía.
Justicia y democracia siempre exigió y parece que los principales cuadros del PAN no concuerdan con ello.
Solo es cuestión de voltear a ver al partido en Nuevo León, cuya muestra nos relata que en principal punto la democracia dejó de existir aquí hace mucho.
Eligen a los familiares del dirigente estatal para que ocupen puestos públicos. Traicionan, abandonan y apuñalan a quienes fueran sus dirigentes en algún momento. Desaparecen del radar político a aquellos que no concuerden con el arcoiris de dictadura que se impone. Expulsan a familiares de actores políticos que dejaron las filas del Partido.
Se rasgan las vestiduras, pero la realidad es que el panismo dictatorial es el que impera y no sólo en Nuevo León.
Es vergonzoso que hoy en su aniversario Luctuoso los panistas quieran mostrar una cara que son. ¿Acaso se les olvidó como traicionaron a la propia hija del Maquío en San Pedro?
¿Acaso no se dan cuentan que el apellido Clouthier hoy resuena por la gran labor de Tatiana en Morena?
Hoy los panistas no tienen nada que celebrar. Desde hace años, fueron ellos mismos quienes mataron el sentimiento de lucha que transmitía Clouthier día con día.