POR: DON MAQUI

¿A quién en el Partido Revolucionario Institucional se le ocurrió la brillante idea de colocar a la diputada Karina Barrón a competir en un distrito federal que siempre se pinta de azul cada tres años? Sólo para darnos una idea, la última elección en ese lugar la ganó Martín López con cerca de 70,000 votos y el PRI Nuevo León apenas alcanzó la cifra de 29,000, sólo 9,000 más que los que sacó Karina Barrón en el distrito local por el que compitió con el Movimiento Ciudadano.

Es evidente que la traición, sello de la casa de Karina Barrón, se asoma más que nunca en el 2021, razones para pensar que no era nada para el PRI sino para Fernando Larrazabal hay y de sobra. La de Tamaulipas jamás escatima en conseguir sus objetivos a costa de lo que sea y de quién sea, el gran problema es que ahora está en juego una gubernatura donde participa a quien le juro amor eterno como lo hizo anteriormente con el propio PAN, o con el Bronco y hasta con el Movimiento Ciudadano.

La estadística mata a Barrón, ya que ser nómada de la política local es su característica y no ha logrado establecerse en ningún lado, pues siempre va tras el futuro que le ofrezca un mejor negocio para sus asociaciones civiles.

Pero no desviemos el tema que se centra en que la diputada proviene precisamente del Partido Acción Nacional del que hoy busca la gubernatura y que, seguramente, son ciertos los rumores que la ubicaban de reuniones en donde ayudó al actual candidato del PAN a ganar su proceso interno, pero seguramente de pasada acordó que a cambio de ello la apoyaran en cualquier cargo que buscara y que hoy casualmente es un distrito que hasta el propio Fernando Larrazábal ya ganó, y en el que tiene mucha estructura para ponérsela a Barrón a cambio de que ella le ceda sus votos para la gubernatura.

El PRI de Heriberto Treviño, debería de estar muy atento en esta jugada que parece magistral de Karina Barrón, y que podría significar la mayor de las traiciones de esta mujer en lo que lleva de carrera política, la sombra la persigue por su pasado con la administración de Monterrey encabezada por el ahora candidato a gobernador panista y pareciera que ahí estriba la posibilidad de la traición.

Avisados están en el búnker de Pino Suárez y Arteaga, que deben parar las antenas y frenar la posibilidad de la fuga de 29,000 votos de una candidata camaleónica que podrían parar en las alforjas Panistas.