POR: DON MAQUI
Cualquier otro político hubiera preferido la comodidad de irse la ciudad de México únicamente a tomar posesión como diputado federal este 1 de septiembre y esperar los tiempos perfectos para lanzarse por otro cargo allá por el año 2024, ver los toros desde la barrera (como se dice) cuando el PRI ya no tiene la alcaldía de Monterrey, carece de un gobierno estatal y son pocas las presidencias municipales con que cuenta de aquí a la elección siguiente.
Pero no es el caso de Jose Luis Garza que Ochoa quien ve en la tempestad una oportunidad de enderezar el barco tricolor y buscar en cada espacio de poder con que cuenta su partido construir un porvenir mejor para el anteriormente poderoso PRI en el estado.
Sabe que no será tarea fácil porque no se cuenta, se insiste, con el poder político y económico de tiempo atrás del partido hegemónico, sin embargo, los actores políticos que lo respaldan tienen un colmillo largo y retorcido igual que quien se asoma como director de la orquesta tricolor hacia la carrera del 24.
Sin duda que muestra su gran compromiso con el partido en el que ha militado más de 30 años y al cual le ha entregado todo en distintos cargos partidistas. Su experiencia está comprobada y, sobre todo, con el don de gentes que tiene (dicen los que lo conocen) José Luis Garza Ochoa hará que el barco del PRI logre avanzar hacia el puerto que desea.
Veremos cuántos valientes se apuntan a tratar de quitarle a Garza Ochoa el derecho legítimo que tiene de dejar la comodidad de la curul o, más bien, compartirla con la dirección del tricolor.