Por: Don Maqui

Han transcurrido 361 días desde aquel lejano momento en que hacíamos planes sobre el año que se acaba, donde soñábamos con un mundo mejor; creíamos en muchos aspectos que este era el bueno, sin embargo, hoy sólo nos aferramos a lo que tantas y tantas veces decían los abuelos: “no pidas nada material, eso llegará, solo lo único que debes pedir en tus rezos es tener salud”.

Cuántas y cuantas más personas que conocemos han fallecido este año, la terrible pandemia trajo consigo muerte y desolación para muchas familias en México, más de 130,000 es el saldo actual y parece que no frenará hasta el último segundo del 2020.

Casi por concluir las 365 oportunidades que tuvimos de ser mejor persona, mejor hijo, mejor esposo, mejor tío, mejor jefe, mejor compañero de trabajo, en fin, mejorar cada día en todos los aspectos se ha extinguido.

La culminación del año está por darse, y con ello, volaran tanto ilusiones como desilusiones vividas; no nos quedará más que hacer un recuento de lo que hicimos bien y lo que hicimos mal, pero una lección aprendemos, estar cerca de los que amamos y lejos de la gente que nada abona nuestro existir.

Debemos confiar en que la vida será mejor en el año venidero, y, sobre todo, que la pandemia pronto saldrá de nuestras vidas para regresar a la anhelada normalidad.