En un 8M histórico, con Claudia Sheinbaum como la primera mujer en la presidencia, miles de mexicanas tomaron las calles para exigir un alto a la violencia y mayor compromiso del gobierno con sus demandas, frente al Palacio Nacional, las manifestantes dejaron claro su mensaje: “Claudia, no llegamos todas”, en referencia a la crisis de seguridad que enfrentan las mujeres en el país.
A diferencia de administraciones anteriores, Sheinbaum reforzó la seguridad en la Plaza de la Constitución con un cerco desde días antes de la marcha, lo que generó indignación entre colectivos y familias que buscan respuestas.
Las calles de la Ciudad de México se llenaron de mujeres exigiendo justicia, con consignas como “¡Claudia no es aliada, es privilegiada!” y “¡Así fueran para cuidarnos!”.
Durante la jornada, se registraron intentos por derribar las vallas y enfrentamientos con elementos de seguridad, lo que reflejó el profundo descontento social ante la falta de acciones concretas.
Sheinbaum defendió las medidas de seguridad como una estrategia de protección, pero las manifestantes reclamaron que el gobierno debe actuar con hechos y garantizar espacios seguros, mientras tanto, el plantón instalado en el Zócalo seguirá en pie hasta ser escuchadas, dejando claro que su lucha continúa y que sus voces no serán silenciadas.