POR: DON MAQUI

En el 2018 el partido Acción Nacional acusó que los órganos electorales de todos los niveles, tanto locales como nacionales, estaban coludidos con el PRI y lanzaron una campaña de desprestigio impresionante contra los magistrados electorales del Estado de Nuevo León porque consideraban que sus resoluciones eran injustas y les robaron, con ello, la posibilidad de gobernar Guadalupe y Monterrey.

Tuvieron más de dos años, desde esa fecha al día de hoy, para modificar o reformar la ley y no tener la duda razonable sobre la imparcialidad de los siguientes árbitros electorales, pero parece que no aprendieron la lección y en días pasados se han lanzado de nuevo contra la autoridad electoral, pero ahora, de cada municipio.

Alega el PAN, de manera previa al proceso electoral y por supuesto a la jornada de elección, que los dados están cargados y que los funcionarios no tienen probidad para desempeñar el cargo. Cómo diría Ricky Rickin Canallin, es “insulting and unacceptable “ lo que hace el partido albiazul, ya que de origen mancha el proceso sin más que sus dichos.

Después, pretenden que los ciudadanos participen como si no fuera suficiente con la corrupción de los partidos que ahora acusan hasta el que, de manera gratuita, intenta ayudar a desarrollar una elección. Lástima por el PAN que siempre se la pasa peleando está con su sombra en los últimos años.

Seguramente, como le ha pasado en las últimas batallas legales, será derrotado y sufrirá revés jurídico. Eso ha sido su talón de Aquiles los últimos 10 años.

Si no lo cree, pregúntele a Pedro Garza por su demanda extemporánea o a Felipe de Jesús Cantú, de quien sus abogados no hicieron lo suficiente para lograr sostener su triunfo y se cayó la alcaldía de ambos por defectos en la defensa de su partido, no de los árbitros electorales.