Se los dijimos hace unas semanas que la ciudadanía de Santiago la que verdaderamente ve los resultados tristes de David de la Peña, clama por un cambio de colores en aquel municipio.
Horacio Tijerina, que sabe y bastante identificar los lugares en los que pueden trascender con su nuevo movimiento foso-foso decide que es el momento de lanzarse al abordaje e instalar un comité en Santiago, Nuevo León.
No es difícil darse cuenta ni estando fuera de Santiago, que al alcalde actual joven inexperto, acostumbrado a ser el mandadero de tantos y tantos políticos, le quedó grande el cargo.
La osadía de tratar de quedar bien con Abel Guerra, con Cristina Díaz, con Paco Cienfuegos, con la dirigencia estatal y cuántos padrinos más tiene, le está costando caro a la ciudadanía.
Un alcalde que se la pasa viajando a costa del erario, y que, cree que con anuncios rimbombantes pagados va lograr convencer a un electorado bastante exigente, está apunto de hacerle perder al PRI uno de sus bastiones.
Así qué prepárense porque parece que la “ola” naranja llegará a gobernar Santiago en los próximos años, y todo gracias a la soberbia, corrupción, y sobretodo a la incapacidad de un alcalde que no cumple su palabra con el 70% de la gente que se compromete.
Debut y despedida del ex secretario mecanógrafo de Heriberto Treviño.