POR: DON MAQUI

No cabe duda de qué hay personas que no están preparadas para un cargo público, y una de ellas es la legisladora de Morena Jessica Martínez que relatan en los pasillos del Congreso “enloqueció” coloquialmente hablando, con su cargo, esto, debido a que jamás había llegado “tan lejos” como se dice.

Su último intento de sobresalir había sido buscando ser regidora con Chema Elizondo, dese ahí mostraba que la dignidad política no era lo suyo, ya que, Chema tenía pésima fama y aun así lo apoyó, pero ahora que es diputada local, primero, literalmente traicionó a su partido para irse a negociar directamente a la sombra de su líder Horacio Flores con actores políticos como Paco Cienfuegos del PRI y otros innombrables.

Ahora su nuevo hobby según supimos por un medio de comunicación local, es jugar a la arquitecta construyendo oficinas con cargo al erario del Congreso que se adecuen a su obsesión por no lidiar con la gente del PT, a quienes se rumora dice a los cuatro vientos la diputada, le causan abominación, principalmente uno de los operadores de ese partido.

Los 200 mil pesos que costaría el capricho saldrán del presupuesto del Congreso y, dicen allegados a legisladora que ella “pagaría” con su voto a favor del aumento de prediales en municipios panistas y priistas, el favor de hacerle su “oficina privada” y alejada de la gente.

Dudamos vote de esa forma el aumento a prediales porque su líder Waldo Fernández ya marcó la pauta de que no iría a favor, pero bueno, en la política todo se vale.

Sin embargo, lo que sorprende es que la gente muestra con claridad cómo es cuando tiene un poquito de poder, y este se vuelve su talón de aquiles.