La alcaldesa de Guadalupe seguía rezando hasta algunos días por qué no se suspendiera el Domo Care y sus eventos, finalmente los ingresos para municipio son muchos, se dice que los extras son más que los que se registran en las arcas municipales.

Debió aguantar callada la cancelación y esperar mejores tiempos para recaudar, una administración que carece de sentido, seguro sufrirá sin esos ingresos extras que le representa la feria convertida en cantina.

Pero cómo no se podía quedar sin ingresos adicionales, lanzó las antialcohólicas para cobrar a la gente por manejar en estado inconveniente.

El gran problema de Cristina Díaz es que se volvió como la Chimoltrufia, “como dice una cosa, dice la otra”.

Apenas meses atrás sostuvo que no habría antialcohólicas y ahora se retracta y lanza sus feroces tránsitos a recaudar lo que puedan.

Parece que las medidas de sanidad no le preocupan, pues mantener el contacto del ciudadano con un tránsito y viceversa es un suicidio.

De plano la voracidad de Cristina no tiene límites, por ahora solo queda buscar no tomar y menos darles motivos a los tránsitos de aquel lugar para que te extorsionen.

Veremos cómo avanzan esas medidas retrógradas.