Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Nacional, aseguró que desde el punto de vista empresarial, ven a Andrés Manuel López Obrador como un mal negociador y depredador de empresas.
“El Presidente ha sido el depredador de la confianza empresarial. Tiene algunos amigos empresarios, lo cual no significa que sea amigo de los empresarios (en su conjunto)”.
El empresario aseguró que el actual Gobierno Federal es “antiempresarial”, tanto en el discurso, como en los hechos, al descalificar y estigmatizar a líderes empresariales y al obstaculizar proyectos de inversión privada, sobre todo con la política energética que ya se ha convertido en “el talón de Aquiles de México”.
“Es claro que ningún otro Presidente, desde Luis Echeverría, había vulnerado tanto la confianza empresarial (…) Hay casos evidentes como el de las empresas del sector energético y del sector alimentos, como (la cervecería) Constellation Brands que se echó para atrás en Mexicali y la más reciente víctima que ha elegido: la planta de amoniaco que se está desarrollando en Topolobampo”, aseveró.
Por otro lado, el líder patronal señaló que no tiene miedo y que le aceptará la invitación que le hizo la semana pasada López Obrador para acudir a un debate en su conferencia “Mañanera”.
“No le saco, y espero que él tampoco le saque. Nada más que le ponga fecha, hora, lugar, temas y audiencia, y ahí voy a estar”.
En ese contexto, De Hoyos se adelantó al debate y descalificó la propuesta de López Obrador para que el Infonavit realice préstamos directamente a los trabajadores a fin de que construyan ellos mismos sus viviendas, pues eso dispersaría la ubicación hacia zonas sin servicios urbanos.
“El dinero del Infonavit, no es del Gobierno, es de los trabajadores”.
Señaló que reconoce la paciencia de Carlos Salazar, presidente de la CCE, al plantearle a Obrador la revisión del Plan Nacional de Desarrollo desarrollado por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE)
“Lo que se está tratando de hacer es que el Gobierno deje de obstaculizar esos proyectos, pues algunos están parados por una autorización, por un tema regulatorio y reconozco que Carlos Salazar, el presidente del CCE, ha tenido una paciencia de monje para tratar de convencer al Gobierno federal de que no obstaculice”.