El día de hoy se reunieron delegados de todo el mundo en Sharm el Sheij, Egipto, al inicio de la COP27 de Naciones Unidas para platicar sobre la lucha contra el cambio climático, en un momento en el que el planeta también enfrenta varios desafíos como la guerra en Ucrania, la inflación, desabastecimiento de comida y una crisis energética.

Los negociadores pasaron dos días frenéticos antes de la cumbre discutiendo si considerar oficialmente la cuestión de un fondo de pérdida y daños, o reparaciones, a las naciones vulnerables afectadas por el cambio climático.

Apenas unas horas antes de la inauguración de la cumbre se acordó incluir la cuestión que ha lastrado las conversaciones durante años.

Durante el discurso de apertura, el responsable del comité de científicos climáticos de la ONU recalcó la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los efectos del calentamiento global.

“Esta es una oportunidad única en una generación para salvar nuestro planeta y nuestros medios de vida”, dijo Hoesung Lee, presidente del Comité Intergubernamental sobre Cambio Climático.

El presidente saliente de las conversaciones, el funcionario británico Alok Sharma, dijo que los países habían hecho avances considerables en su última reunión en Glasgow, como fijar objetivos más ambiciosos de reducir emisiones, completar las normas del Acuerdo de París de 2015 y prometer que se iniciaría el abandono del carbón, el combustible fósil más contaminante.

“La guerra brutal e ilegal de Putin en Ucrania ha precipitado múltiples crisis globales, energía e inseguridad alimentaria, presiones inflacionarias y deuda disparada”, añadió Sharma.

“Esas crisis han agravado las vulnerabilidades climáticas existentes y los efectos persistentes de la pandemia”.

Sin embargo, incluso las previsiones más optimistas, que asumen que los países hagan todo lo prometido, sitúan al mundo camino de un calentamiento 1.7 grados Celsius, advirtió.