En un mundo político cada vez más polarizado, donde las diferencias de colores partidarios suelen ser motivo de conflicto y no de conciliación, el sur de Nuevo León nos acaba de regalar una lección de altura.
Una lección donde, sin importar credos ni siglas, los liderazgos locales se sentaron en la misma mesa para resolver un problema que afecta directamente al corazón de la región: los ejidatarios y el agua.
El sur de Nuevo León vive de su tierra, pero la tierra, por fértil que sea, no da sin agua, y aquí entra el tema central: los pozos agrícolas, durante la pandemia, las concesiones de más de una década de los ejidatarios se vencieron en un mal momento: oficinas cerradas, trámites detenidos y una maraña burocrática que dejó a los campesinos sin regularización y, por ende, sin acceso al subsidio eléctrico indispensable para operar sus bombas, ¿El resultado? Pozos funcionando, pero recibos eléctricos que, en palabras de los propios afectados, “salen ardiendo”.
El panorama parecía desolador, pero entonces, los alcaldes del PRI, Morena, Movimiento Ciudadano y hasta independientes, pusieron la política en pausa y se pusieron a trabajar, la anfitriona de este encuentro fue Alejandra Ramírez, alcaldesa de Galeana, quien convocó a ediles, diputados, gestores y representantes de todas las corrientes para buscar una solución.
Entre los asistentes estuvieron todos: desde Ramírez Cuéllar, diputado federal vicecoordinador de estrategia y proceso legislativo de la bancada de Morena, Abel Guerra, un personaje preocupado por los temas del estado, pasando por Anylú Bendición una Diputada que recorre el sur hace meses y, claro, los alcaldes de Doctor Arroyo, Aramberri, Zaragoza, Mier y Noriega, incluyendo a Jesús Nava, alcalde de Santa Catarina
En esta reunión se eligió una Comisión de cinco ejidatarios que, con el respaldo de los Alcaldes y bajo la tutela de Conagua, ya se encuentran en la Ciudad de México iniciando el proceso de regularización, no es poca cosa: estamos hablando de cientos de pozos en Nuevo León y más de 60 mil en todo el país.
Pero más allá de los tecnicismos, lo que realmente importa aquí es el mensaje político la foto de alcaldes de todos los partidos trabajando juntos es una rareza digna de reconocimiento, si a eso le sumamos los liderazgos estatales que estuvieron, más aún cuando la causa no es un evento mediático ni un proyecto electoral, sino la lucha por el bienestar de quienes trabajan la tierra y producen los alimentos que terminan en nuestras mesas.
En un momento donde el sur de Nuevo León podría ser sinónimo de abandono, esta gestión conjunta lo pone en el mapa como ejemplo de que sí se puede, y aquí, el agua que tantas veces divide sirvió para unir.
¿La moraleja? cuando se deja el ego en la puerta y se priorizan las necesidades de la gente, se puede lograr mucho más que cualquier campaña o grilla, ojalá este esfuerzo no sea flor de un día, porque si algo necesita el campo mexicano es continuidad y no protagonismos, que quede claro: la política no es el arte de dividir, sino el de unir para servir, el sur de Nuevo León nos lo acaba de demostrar, que tomen nota quienes se la pasan entre gritos y sombrerazos.